viernes, 4 de agosto de 2017

Temas de formación para educadores


Antes de empezar: el tema será digido por el consiliario o un acompañante, se desarrollará en un lugar tranquilo, propiciando la participación de todos, medíante un momento de reflexión y oración y el planteamiento de  preguntas. Cada participante traerá una Biblia, una libreta y un boli.

 

1.Amigos encontrados:

Objetivo:

Encontrar nuevamente a Jesús y decidirse por Él, acogiéndolo como camino, verdad y vida.

Experiencia:

¿Os habéis cruzado con un amigo al que hacía tiempo no veíais?

¿Con quién?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿qué estabais haciendo?

¿Casualidad, coincidencia o Divina Providencia?, ¿cómo os sentisteis?

Reflexión:

Nuestra vida no se entiende sin los demás, porque cada uno de nosotros somos lo que han sido los encuentros vividos. Somos el fruto de las relaciones. Pensemos en qué manera nos parecemos a nuestros padres, abuelos,… La manera de vestir, las compras que realizamos, las aficiones que tenemos, los libros que leemos,…, están relacionados con nuestra familia, amigos, compañeros, profesores, monitores,… Hasta nuestra manera de amar a los demás ha dependido de la manera como nos amaron nuestros familiares y  de los momentos vividos con los amigos y compañeros, porque aprendemos a amar viendo como se aman los que amamos y sintiéndonos amados por ellos.

Jesús sale a nuestro encuentro como ese amigo que se cruza en nuestra vida. Es un encuentro alegre e ilusionante que puede hacer de ella otra manera de vivirla, mostrándonos un camino nuevo, el mejor camino para conseguir amar a las personas. De la manera como vivimos esta relación depende en gran medida como tratamos a los demás. Cuando nos damos cuenta de que Dios nos ama tal como somos y nos perdona siempre, entonces podemos aceptar a los demás con sus fallos.

A continuación vamos a buscar en la Biblia las siguientes citas:

Juan 11, 1-45: Jesús amaba a María, Marta y Lázaro, resucitándolo.

Eclesiástico 6, 5-17: “quien encuentra un amigo encuentra un tesoro”.

Lucas 11, 5-13: Jesús nos escucha siempre, aunque a veces tarde.

Juan 15, 9-17: “Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos”.

Marcos 10, 46-52: el ciego Bartimeo.

Juan 14, 1-11: como amigos suyos compartimos su destino.

Mateo 4, 18-22: “ven y sígueme”.

Una vez buscadas, las leemos y hacemos un retrato robot de Jesús como amigo.

 

Compromiso:

Leemos cada día un trozo del Sermón de la Montaña (Mateo 5-7) o si tenemos el Evangelio 2017 el texto de ese día, continuando con el Evangelio 2018.

Durante la semana buscar un momento para ir a la iglesia antes de misa y visitar la capilla del sagrario.

Celebración:

Aquí estamos, Señor,

comprometidos y decididos,

avanzando por el camino que nos lleva hacia ti.

Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la sociedad

se parezca un poco más a tu Reino de paz, esperanza y amor.

 

Danos tu luz, para que nos ilumine en nuestras decisiones

y en el caminar de cada día,

que sea tu Palabra la que nos lleve a nuestros hermanos.

Y así, todos juntos haremos vida los valores del Evangelio,

juntos contagiaremos a los que nos rodean

la felicidad que supone seguirte y encontrarte.

 

Y en los momentos de cansancio o desesperanza,

el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,

para podernos levantar con ilusión y fe renovada.

Cuenta siempre con nuestra unión

y no nos dejes nunca de la mano.

Amén.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2.En el corazón de la Iglesia, yo seré el amor:

Objetivo:

Vivir en la Iglesia significa compartir la misma fe, la amistad con Jesús.

Experiencia:

Santa Teresa de Liseaux (Alenzón, Normandía, Francia, 1873-1897), carmelita descalza, en su diario “Historia de un alma” se preguntaba por el lugar que debía ocupar en la Iglesia, es decir, qué hacer dentro de ella. Después de leer los capítulos 12 y 13 de la primera carta escrita por san Pablo a los Corintios, y en concreto el Himno del Amor “(1 Corintios 13) escribió:

En la caridad descubrí mi vocación. […] Entendí que la Iglesia tiene un corazón y este corazón está ardiendo en amor. Entendí que solo el amor es el que impulsa a la Iglesia, y que, si faltase este amor,  ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo. […] Entonces, llena de alegría desbordante, exclamé: ‘Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor ”`

¿Qué nos ha parecido el texto?

¿Lo hemos entendido?

Escribimos un tuit (140 caracteres) respondiendo a Teresa y lo compartimos.

Reflexión:

Nosotros no somos islas que viven su fe en soledad, sino que formamos parte de la Iglesia. En un folio escribimos nuestro nombre, trazamos una línea y al final anotamos “Iglesia”. En esa recta mediante una lluvia de ideas vamos a ver la relación que hay. Ej.: N. – equipo junior – centro junior/parroquia – zona/arciprestazgo – vicaría – diócesis de Valencia – Iglesia Católica.

Porque los Juniors no se pueden entender sin la parroquia ni la diócesis. Somos un movimiento diocesano presente únicamente en las parroquias. De ahí la importancia del obispo, D. Antonio Cañizares (Juniors, Movimient Diocesà), el vicario episcopal (Juniors vicaría y zonas) y el párroco (centro junior). Ellos nos unen al papa Francisco mediante la constitución jerárquica de la Iglesia (Papa-obispos-presbíteros-diáconos-Pueblo de Dios al que  sirven).

Como santa Teresa de Liseaux, ¿en el corazón de la Iglesia, la Iglesia de nuestro amigo Jesús, tú quien eres?

Respondemos buscando los siguientes textos bíblicos y comentándolos:

1 Corintios 12, 12-31: somos un mismo cuerpo.

Mt 18, 20: “allí donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

1 Corintios 13,1-7: “el amor es…”.

Mateo 10, 1-25: el envío de los Doce.

Compromiso:

Responder a la pregunta “¿en el corazón de la Iglesia, qué quiero ser?” y enviar las respuestas por e-mail o correo postal a un monasterio para que recen por estos deseos, a fin de que Dios los haga realidad.

Celebración:

Aquí estamos, Señor,

comprometidos y decididos,

avanzando por el camino que nos lleva hacia ti.

Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la sociedad

se parezca un poco más a tu Reino de paz, esperanza y amor.

 

Danos tu luz, para que nos ilumine en nuestras decisiones

y en el caminar de cada día,

que sea tu Palabra la que nos lleve a nuestros hermanos.

Y así, todos juntos haremos vida los valores del Evangelio,

juntos contagiaremos a los que nos rodean

la felicidad que supone seguirte y encontrarte.

 

Y en los momentos de cansancio o desesperanza,

el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,

para podernos levantar con ilusión y fe renovada.

Cuenta siempre con nuestra unión

y no nos dejes nunca de la mano.

Amén.

 

3.Jesús se hace presente en tu día a día.

Objetivo:

Descubrir en los sacramentos el servicio de la comunidad y de la misión, la adhesión a Cristo generadora de vida.

Experiencia:

Anotamos en un folio las fechas de los momentos más importantes de nuestra vida (Bautismo, comunión, confirmación,…), respondiendo a las preguntas: ¿cuándo lo recibimos?, ¿dónde lo celebramos?, ¿quiénes fueron nuestros padrinos, si los hubo?, ¿cómo se llamaba el sacerdote que nos lo dio?, ¿cómo lo celebramos?, ¿hubo otros sacramentos?, ¿Cuáles?

Apuntamos los ritos que hemos recibido. Estos son:

El Pacto de Equipo: recordamos la llamada de Dios a los Patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) para convertirlos en los padres del pueblo de Israel y el Pacto que realizó con ellos. Al comienzo de Juniors nosotros, con el equipo de Pacto, respondemos a la llamada de Dios, celebrando este rito.

La Imposición de la Pañoleta: la pañoleta nos une a Juniors, M.D., porque todos la llevamos y  al mismo tiempo nos identifica con nuestro centro junior, porque cada centro tiene unos colores diferentes. Al recibirla durante el tiempo de Identidad, le decimos a Dios que queremos formar parte del centro junior de nuestra parroquia.

La Entrega de la Cruz: nos hemos convertido en adolescentes, todo en nosotros cambia y en este cambio nos comprometemos a seguir optando por Jesús, recibiendo durante el tiempo de Experiencia, la cruz.

La Promesa: durante el tiempo de Estilo de Vida nos comprometemos a aceptar los valores del Evangelio viviendo el Estilo de Vida de Jesús.

La Entrega de la Palabra: concluyendo los Juniors, durante el tiempo de Compromiso, recibimos la Palabra de Dios para anunciarla cuando el centro nos envíe como educadores.

El Rito del Envío: al comienzo del curso, en la misa y ante el párroco y la comunidad somos enviados en nombre de Cristo a anunciar el Evangelio a los niños y adolescentes de nuestro centro.

 

Reflexión:

Los sacramentos salen del Amor de Dios para que sean nuestra fuente de vida, para sentir como Jesús camina a nuestro lado y encontrarlo en la vida. Son la manifestación de la gracia, es decir, del amor de Dios hacia nosotros que nos acompaña en los primeros años de nuestra vida (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), en los momentos de debilidad (Penitencia y Unción de los Enfermos) y cuando tomamos una opción de vida (Orden Sacerdotal y Matrimonio). En cada uno de ellos Jesús se hace presente para recordarnos que nos ama sin medida y nos da todo lo que tiene: su Amor.

Así pues: ¿cuál es nuestra actitud ante cada sacramento?, ¿cómo lo vivimos? y ¿cómo queremos vivirlos?

Y los Ritos Juniors: ¿cómo los viviste?

Respondemos buscando los siguientes textos bíblicos y comentándolos:

Mateo 3, 1-13: Juan el Bautista y el Bautismo de Jesús.

Mateo 26, 26-29: la Última Cena.

Juan 20, 19-29: Jesús entrega a los Doce el Espíritu Santo.

Génesis 1, 26-28 y Génesis 2, 21-25: Dios crea al ser humano hombre y mujer para que se ayuden y cuiden de la creación.

Hechos 6, 17: los apóstoles se dedican solo a la Palabra de Dios y la oración.

Lucas 10, 25-37: Jesús es el Buen Samaritano que nos cura las heridas del pecado.

Santiago 5, 14-15: la iglesia cuida de los enfermos imponiéndoles las manos.

Compromiso:

Como equipo pedir al consiliario nos confiese y asistir a la misa.

Celebración:

Aquí estamos, Señor,

comprometidos y decididos,

avanzando por el camino que nos lleva hacia ti.

Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la sociedad

se parezca un poco más a tu Reino de paz, esperanza y amor.

 

Danos tu luz, para que nos ilumine en nuestras decisiones

y en el caminar de cada día,

que sea tu Palabra la que nos lleve a nuestros hermanos.

Y así, todos juntos haremos vida los valores del Evangelio,

juntos contagiaremos a los que nos rodean

la felicidad que supone seguirte y encontrarte.

 

Y en los momentos de cansancio o desesperanza,

el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,

para podernos levantar con ilusión y fe renovada.

Cuenta siempre con nuestra unión

y no nos dejes nunca de la mano.

Amén.

 

4. Contigo me identifico:

Objetivo:

Ayudar al joven en la construcción de la persona.

Experiencia:

Los símbolos cristianos son el lenguaje más comunicativo entre Dios y las personas. Para nosotros los cristianos el mayor símbolo es la cruz. Pero, ¿qué es la cruz? El papa Francisco respondía de este modo durante el Ángelus del 12 de marzo de 2017:

“La cruz es la puerta de la resurrección. Quien lucha junto a Él, con Él triunfará. Este es el mensaje de esperanza que la cruz de Jesús contiene, exhortando a la fortaleza de nuestra existencia. La Cruz cristiana no es un ornamento de la casa o un adorno para llevar puesto, la cruz cristiana es un llamamiento al amor con el cual Jesús se sacrificó para salvar a la humanidad del mal y del pecado. […] Es oportuno preguntarse:

-¿Cómo llevo yo la cruz: como un recuerdo?, ¿Cuándo hago la señal de la cruz, soy consciente de lo que hago?, ¿cómo llevo yo la cruz: solamente como un símbolo de pertenencia a un grupo religioso?, ¿cómo llevo yo la cruz: como ornamento, como una joya con muchas piedras preciosas de oro? o ¿he aprendido a llevarla sobre los hombros, donde hace daño?”

Comentamos las preguntas que nos hace el Papa y respondemos a estas: ¿cómo llevamos nuestra cruz?, ¿cómo la miramos? y ¿cómo la entendemos?

Reflexión:

El símbolo de la Cruz nos identifica, no solo por lo que es, ni por su forma, sino por lo que representa, la muerte de Jesús por nosotros, el amor hasta el extremo.

Los Juniors además de el crismón y la pañoleta, tenemos los símbolos de la Cruz, el Credo y la Palabra que nos recuerdan lo que somos, por encima de Juniors: somos cristianos y miembros de la Iglesia. Así nuestra vida se apoya en estos tres pilares: la Cruz salvadora de Cristo, el Credo de nuestra Fe y la Palabra de Dios.

Respondemos buscando los siguientes textos bíblicos y comentándolos:

Mateo 7, 15-20: “por sus frutos los conoceréis”.

Lucas 18, 9-14: el fariseo y el publicano o la oración sincera.

1 Pedro 3, 15-22: el significado de la cruz.

Compromiso:

Llevar como colgante o pulsera una cruz.

Celebración:

Aquí estamos, Señor,

comprometidos y decididos,

avanzando por el camino que nos lleva hacia ti.

Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la sociedad

se parezca un poco más a tu Reino de paz, esperanza y amor.

 

Danos tu luz, para que nos ilumine en nuestras decisiones

y en el caminar de cada día,

que sea tu Palabra la que nos lleve a nuestros hermanos.

Y así, todos juntos haremos vida los valores del Evangelio,

juntos contagiaremos a los que nos rodean

la felicidad que supone seguirte y encontrarte.

 

Y en los momentos de cansancio o desesperanza,

el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,

para podernos levantar con ilusión y fe renovada.

Cuenta siempre con nuestra unión

y no nos dejes nunca de la mano.

Amén.

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