Antes de empezar: el
tema será digido por el consiliario o un acompañante, se desarrollará en un
lugar tranquilo, propiciando la participación de todos, medíante un momento de
reflexión y oración y el planteamiento de
preguntas. Cada participante traerá una Biblia, una libreta y un boli.
1.Amigos
encontrados:
Objetivo:
Encontrar
nuevamente a Jesús y decidirse por Él, acogiéndolo como camino, verdad y vida.
Experiencia:
¿Os habéis cruzado
con un amigo al que hacía tiempo no veíais?
¿Con quién?,
¿dónde?, ¿cuándo?, ¿qué estabais haciendo?
¿Casualidad,
coincidencia o Divina Providencia?, ¿cómo os sentisteis?
Reflexión:
Nuestra vida no se
entiende sin los demás, porque cada uno de nosotros somos lo que han sido los
encuentros vividos. Somos el fruto de las relaciones. Pensemos en qué manera
nos parecemos a nuestros padres, abuelos,… La manera de vestir, las compras que
realizamos, las aficiones que tenemos, los libros que leemos,…, están
relacionados con nuestra familia, amigos, compañeros, profesores, monitores,…
Hasta nuestra manera de amar a los demás ha dependido de la manera como nos
amaron nuestros familiares y de los
momentos vividos con los amigos y compañeros, porque aprendemos a amar viendo
como se aman los que amamos y sintiéndonos amados por ellos.
Jesús sale a
nuestro encuentro como ese amigo que se cruza en nuestra vida. Es un encuentro
alegre e ilusionante que puede hacer de ella otra manera de vivirla, mostrándonos
un camino nuevo, el mejor camino para conseguir amar a las personas. De la
manera como vivimos esta relación depende en gran medida como tratamos a los
demás. Cuando nos damos cuenta de que Dios nos ama tal como somos y nos perdona
siempre, entonces podemos aceptar a los demás con sus fallos.
A continuación
vamos a buscar en la Biblia las siguientes citas:
Juan 11, 1-45: Jesús amaba a María, Marta y
Lázaro, resucitándolo.
Eclesiástico 6, 5-17: “quien encuentra un amigo encuentra un tesoro”.
Lucas 11, 5-13: Jesús nos escucha siempre,
aunque a veces tarde.
Juan 15, 9-17: “Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos”.
Marcos 10, 46-52: el ciego Bartimeo.
Juan 14, 1-11: como amigos suyos compartimos
su destino.
Mateo 4, 18-22: “ven y sígueme”.
Una vez buscadas,
las leemos y hacemos un retrato robot de Jesús como amigo.
Compromiso:
Leemos cada día un
trozo del Sermón de la Montaña (Mateo 5-7) o si tenemos el Evangelio 2017 el
texto de ese día, continuando con el Evangelio 2018.
Durante la semana
buscar un momento para ir a la iglesia antes de misa y visitar la capilla del
sagrario.
Celebración:
Aquí estamos, Señor,
comprometidos y decididos,
avanzando por el camino que nos lleva hacia
ti.
Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la
sociedad
se parezca un poco más a tu Reino de paz,
esperanza y amor.
Danos tu luz, para que nos ilumine en
nuestras decisiones
y en el caminar de cada día,
que sea tu Palabra la que nos lleve a
nuestros hermanos.
Y así, todos juntos haremos vida los valores
del Evangelio,
juntos contagiaremos a los que nos rodean
la felicidad que supone seguirte y encontrarte.
Y en los momentos de cansancio o
desesperanza,
el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,
para podernos levantar con ilusión y fe
renovada.
Cuenta siempre con nuestra unión
y no nos dejes nunca de la mano.
Amén.
2.En el corazón de
la Iglesia, yo seré el amor:
Objetivo:
Vivir en la Iglesia
significa compartir la misma fe, la amistad con Jesús.
Experiencia:
Santa Teresa de Liseaux
(Alenzón, Normandía, Francia, 1873-1897), carmelita descalza, en su diario “Historia de un alma” se preguntaba por
el lugar que debía ocupar en la Iglesia, es decir, qué hacer dentro de ella.
Después de leer los capítulos 12 y 13 de la primera carta escrita por san Pablo
a los Corintios, y en concreto el Himno del Amor “(1 Corintios 13) escribió:
En la
caridad descubrí mi vocación. […] Entendí
que la Iglesia tiene un corazón y este corazón está ardiendo en amor. Entendí que
solo el amor es el que impulsa a la Iglesia, y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio,
ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que
el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo. […] Entonces, llena de alegría desbordante,
exclamé: ‘Oh Jesús, amor mío, por fin he
encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. En el corazón de la
Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor ”`
¿Qué nos ha
parecido el texto?
¿Lo hemos
entendido?
Escribimos un tuit (140
caracteres) respondiendo a Teresa y lo compartimos.
Reflexión:
Nosotros no somos
islas que viven su fe en soledad, sino que formamos parte de la Iglesia. En un
folio escribimos nuestro nombre, trazamos una línea y al final anotamos
“Iglesia”. En esa recta mediante una lluvia de ideas vamos a ver la relación
que hay. Ej.: N. – equipo junior – centro junior/parroquia – zona/arciprestazgo
– vicaría – diócesis de Valencia – Iglesia Católica.
Porque los Juniors no se pueden entender sin la
parroquia ni la diócesis. Somos un movimiento diocesano presente únicamente
en las parroquias. De ahí la importancia del obispo, D. Antonio Cañizares (Juniors,
Movimient Diocesà), el vicario episcopal (Juniors vicaría y zonas) y el párroco
(centro junior). Ellos nos unen al papa Francisco mediante la constitución
jerárquica de la Iglesia (Papa-obispos-presbíteros-diáconos-Pueblo de Dios al
que sirven).
Como santa Teresa
de Liseaux, ¿en el corazón de la Iglesia, la Iglesia de nuestro amigo Jesús, tú
quien eres?
Respondemos buscando
los siguientes textos bíblicos y comentándolos:
1 Corintios 12, 12-31: somos un mismo cuerpo.
Mt 18, 20: “allí donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos”.
1 Corintios 13,1-7: “el amor es…”.
Mateo 10, 1-25: el envío de los Doce.
Compromiso:
Responder a la
pregunta “¿en el corazón de la Iglesia,
qué quiero ser?” y enviar las respuestas por e-mail o correo postal a un
monasterio para que recen por estos deseos, a fin de que Dios los haga
realidad.
Celebración:
Aquí estamos, Señor,
comprometidos y decididos,
avanzando por el camino que nos lleva hacia
ti.
Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la
sociedad
se parezca un poco más a tu Reino de paz,
esperanza y amor.
Danos tu luz, para que nos ilumine en
nuestras decisiones
y en el caminar de cada día,
que sea tu Palabra la que nos lleve a
nuestros hermanos.
Y así, todos juntos haremos vida los valores
del Evangelio,
juntos contagiaremos a los que nos rodean
la felicidad que supone seguirte y encontrarte.
Y en los momentos de cansancio o
desesperanza,
el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,
para podernos levantar con ilusión y fe
renovada.
Cuenta siempre con nuestra unión
y no nos dejes nunca de la mano.
Amén.
3.Jesús se hace
presente en tu día a día.
Objetivo:
Descubrir en los sacramentos el servicio de la
comunidad y de la misión, la adhesión a Cristo generadora de vida.
Experiencia:
Anotamos en un
folio las fechas de los momentos más
importantes de nuestra vida (Bautismo, comunión, confirmación,…), respondiendo
a las preguntas: ¿cuándo lo recibimos?, ¿dónde lo celebramos?, ¿quiénes fueron
nuestros padrinos, si los hubo?, ¿cómo se llamaba el sacerdote que nos lo dio?,
¿cómo lo celebramos?, ¿hubo otros sacramentos?, ¿Cuáles?
Apuntamos los ritos
que hemos recibido. Estos son:
El Pacto de Equipo: recordamos la llamada
de Dios a los Patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) para convertirlos en los
padres del pueblo de Israel y el Pacto que realizó con ellos. Al comienzo de Juniors
nosotros, con el equipo de Pacto, respondemos a la llamada de Dios, celebrando
este rito.
La Imposición de la Pañoleta: la pañoleta
nos une a Juniors, M.D., porque todos la llevamos y al mismo tiempo nos identifica con nuestro
centro junior, porque cada centro tiene unos colores diferentes. Al recibirla
durante el tiempo de Identidad, le decimos a Dios que queremos formar parte del
centro junior de nuestra parroquia.
La Entrega de la Cruz: nos hemos
convertido en adolescentes, todo en nosotros cambia y en este cambio nos
comprometemos a seguir optando por Jesús, recibiendo durante el tiempo de Experiencia,
la cruz.
La Promesa: durante el tiempo de Estilo de
Vida nos comprometemos a aceptar los valores del Evangelio viviendo el Estilo
de Vida de Jesús.
La Entrega de la Palabra: concluyendo los Juniors,
durante el tiempo de Compromiso, recibimos la Palabra de Dios para anunciarla
cuando el centro nos envíe como educadores.
El Rito del Envío: al comienzo del curso,
en la misa y ante el párroco y la comunidad somos enviados en nombre de Cristo
a anunciar el Evangelio a los niños y adolescentes de nuestro centro.
Reflexión:
Los sacramentos
salen del Amor de Dios para que sean nuestra fuente de vida, para sentir como
Jesús camina a nuestro lado y encontrarlo en la vida. Son la manifestación de
la gracia, es decir, del amor de Dios hacia nosotros que nos acompaña en los
primeros años de nuestra vida (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), en los
momentos de debilidad (Penitencia y Unción de los Enfermos) y cuando tomamos
una opción de vida (Orden Sacerdotal y Matrimonio). En cada uno de ellos Jesús
se hace presente para recordarnos que nos ama sin medida y nos da todo lo que
tiene: su Amor.
Así pues: ¿cuál es
nuestra actitud ante cada sacramento?, ¿cómo lo vivimos? y ¿cómo queremos
vivirlos?
Y los Ritos Juniors:
¿cómo los viviste?
Respondemos
buscando los siguientes textos bíblicos y comentándolos:
Mateo 3, 1-13: Juan el Bautista y el Bautismo
de Jesús.
Mateo 26, 26-29: la Última Cena.
Juan 20, 19-29: Jesús entrega a los Doce el
Espíritu Santo.
Génesis 1, 26-28 y Génesis 2, 21-25: Dios
crea al ser humano hombre y mujer para que se ayuden y cuiden de la creación.
Hechos 6, 17: los apóstoles se dedican solo a
la Palabra de Dios y la oración.
Lucas 10, 25-37: Jesús es el Buen Samaritano
que nos cura las heridas del pecado.
Santiago 5, 14-15: la iglesia cuida de los
enfermos imponiéndoles las manos.
Compromiso:
Como equipo pedir
al consiliario nos confiese y asistir a la misa.
Celebración:
Aquí estamos, Señor,
comprometidos y decididos,
avanzando por el camino que nos lleva hacia
ti.
Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la
sociedad
se parezca un poco más a tu Reino de paz,
esperanza y amor.
Danos tu luz, para que nos ilumine en
nuestras decisiones
y en el caminar de cada día,
que sea tu Palabra la que nos lleve a
nuestros hermanos.
Y así, todos juntos haremos vida los valores
del Evangelio,
juntos contagiaremos a los que nos rodean
la felicidad que supone seguirte y encontrarte.
Y en los momentos de cansancio o
desesperanza,
el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,
para podernos levantar con ilusión y fe
renovada.
Cuenta siempre con nuestra unión
y no nos dejes nunca de la mano.
Amén.
4. Contigo me
identifico:
Objetivo:
Ayudar al joven en
la construcción de la persona.
Experiencia:
Los símbolos cristianos
son el lenguaje más comunicativo entre Dios y las personas. Para nosotros los
cristianos el mayor símbolo es la cruz. Pero, ¿qué es la cruz? El papa
Francisco respondía de este modo durante el Ángelus del 12 de marzo de 2017:
“La
cruz es la puerta de la resurrección. Quien lucha junto a Él, con Él triunfará.
Este es el mensaje de esperanza que la cruz de Jesús contiene, exhortando a la
fortaleza de nuestra existencia. La Cruz cristiana no es un ornamento de la
casa o un adorno para llevar puesto, la cruz cristiana es un llamamiento al
amor con el cual Jesús se sacrificó para salvar a la humanidad del mal y del
pecado. […] Es
oportuno preguntarse:
-¿Cómo
llevo yo la cruz: como un recuerdo?, ¿Cuándo hago la señal de la cruz, soy
consciente de lo que hago?, ¿cómo llevo yo la cruz: solamente como un símbolo
de pertenencia a un grupo religioso?, ¿cómo llevo yo la cruz: como ornamento,
como una joya con muchas piedras preciosas de oro? o ¿he aprendido a llevarla
sobre los hombros, donde hace daño?”
Comentamos las
preguntas que nos hace el Papa y respondemos a estas: ¿cómo llevamos nuestra
cruz?, ¿cómo la miramos? y ¿cómo la entendemos?
Reflexión:
El símbolo de la
Cruz nos identifica, no solo por lo que es, ni por su forma, sino por lo que
representa, la muerte de Jesús por nosotros, el amor hasta el extremo.
Los Juniors además
de el crismón y la pañoleta, tenemos los símbolos de la Cruz, el Credo y la
Palabra que nos recuerdan lo que somos, por encima de Juniors: somos cristianos
y miembros de la Iglesia. Así nuestra vida se apoya en estos tres pilares: la
Cruz salvadora de Cristo, el Credo de nuestra Fe y la Palabra de Dios.
Respondemos
buscando los siguientes textos bíblicos y comentándolos:
Mateo 7, 15-20: “por sus frutos los conoceréis”.
Lucas 18, 9-14: el fariseo y el publicano o
la oración sincera.
1 Pedro 3, 15-22: el significado de la cruz.
Compromiso:
Llevar como
colgante o pulsera una cruz.
Celebración:
Aquí estamos, Señor,
comprometidos y decididos,
avanzando por el camino que nos lleva hacia ti.
Guíanos en nuestra tarea de ayudarte a que la
sociedad
se parezca un poco más a tu Reino de paz,
esperanza y amor.
Danos tu luz, para que nos ilumine en
nuestras decisiones
y en el caminar de cada día,
que sea tu Palabra la que nos lleve a
nuestros hermanos.
Y así, todos juntos haremos vida los valores
del Evangelio,
juntos contagiaremos a los que nos rodean
la felicidad que supone seguirte y encontrarte.
Y en los momentos de cansancio o
desesperanza,
el aliento de tu Espíritu sople en nosotros,
para podernos levantar con ilusión y fe
renovada.
Cuenta siempre con nuestra unión
y no nos dejes nunca de la mano.
Amén.
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